

Los primeros en arribar son los machos, que son monógamos y son los encargados de limpiar el nido que la misma familia utilizó el año anterior. Luego de realizar la tarea, esperan descansando el arribo de su pareja, lo que ocurre unos días más tarde. En octubre las hembras ponen dos huevos, que eclosionan en noviembre. A diferencia de muchas especies, ambos comparten la tarea de incubación y alimentación de los pichones.
Los recién nacidos se independizan hacia fines de enero o principios de febrero y cambian su plumaje entre marzo y abril, antes de comenzar la migración hacia el norte.
Fuente: Espectador.com
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